El Ayuntamiento dice ahora que tiene como principal objetivo preservar las acequias

MURCIA (26 feb. 2009). - Los concejales de Medio Ambiente e Infraestructuras del Ayuntamiento de Murcia, Adela Martínez-Cachá y José Arce, respectivamente, se reunieron ayer con los presidentes de la Asociación para la Conservación de la Huerta de Murcia (HUERMUR), José Antonio Moreno, y de la Asociación Juvenil Villa de Aljucer (AJVA), en representación de treces entidades asociativas que han presentado un proyecto integral de restauración de las acequias y la conservación del patrimonio y el paisaje de la huerta murciana.

Ambos ediles populares dicen que han recogido las iniciativas propuestas por los diferentes colectivos y asociaciones, al mismo tiempo que dicen comprometerse a actuar de intermediarios entre las administraciones pertinentes (Comunidad Autónoma, Confederación Hidrográfica del Segura y Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia) y los colectivos y asociaciones, para mantener y conservar el importante valor paisajístico y medioambiental que tiene la huerta de Murcia, según un comunicado del consistorio.

Seguir Leyendo... Martínez-Cachá ha afirmado también que el consistorio regido por Miguel Ángel Cámara (PP) tiene como principal objetivo llevar a cabo todo tipo de iniciativas que permitan contribuir a preservar y proteger la huerta murciana, por lo que “desde el Ayuntamiento de Murcia vamos a prestar nuestra total y absoluta colaboración, pero, indudablemente, es una labor que no podemos llevar a cabo únicamente desde el consistorio, sino que es necesario un trabajo conjunto entre las diferentes administraciones competentes y los colectivos y asociaciones interesados en este objetivo común”, se expresa en dicho comunicado.

Los representantes asociativos murcianos acudieron a la cita en el ayuntamiento acompañados de un comité de expertos que les asesoran en distintas materias, como un abogado, una bióloga, un arqueólogo, una experta en urbanismo y un experto en medio ambiente.

Uno de los problemas es la supervisión de la labor de la Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia, a la que las asociaciones pro-patrimonio de la huerta de Murcia han pedido que se le deje de financiar los entubamientos y que se supervise y fiscalice su actividad, exigiendo la licencia de obra y los informes sectoriales pertinentes en todas aquellas actuaciones que lleva a cabo la Junta de Hacendados, para poder paralizar todos los entubamientos que se realicen sin licencia municipal.

Las asociaciones piden al consistorio murciano, gobernado por el Partido Popular, que, en concreto, se comprometa ya a aprobar una moratoria y que deje de financiar y autorizar los entubamientos, y que financie un estudio integral sobre la huerta en los aspectos históricos, ambientales, turísticos y socioeconómicos. Se trataría de una moratoria similar a la producida entre los años 2004 a 2006, periodo en el cual el Ayuntamiento de Murcia no concedió licencias de obras en la huerta al estar tramitándose la adaptación del Plan General de Ordenación Urbana de Murcia a la Ley del Suelo Regional.

Las entidades asociativas esperan ahora que se cumpla el compromiso del alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, que se ha comprometido con el proyecto, compromiso reflejado en dos cartas de su jefe de gabinete. También creen las asociaciones pro-patrimonio de la huerta murciana de poder convencer al gobierno de la Junta de Hacendados, para que cambie de actitud y permita la restauración de las acequias y sus monumentos, núcleo fundamental del proyecto.

Once razones para disentir de los entubamientos de acequias

1. No resuelve los problemas básicos del agua en la huerta de Murcia.

2. Las “pérdidas” de las acequias son necesarias para la supervivencia de los ecosistemas ligados a ellas.

3. Conlleva la desaparición de todo el ecosistema de la acequia y una alteración del entorno ligado a la ella.

4. Supone la eliminación del sistema natural de autodepuración de las aguas.

5. Deteriora el paisaje y provoca su desertización, acentuando los procesos de erosión y pérdida de suelos.

6. El entubamiento de los cauces históricos provoca destrozos irreversibles en un patrimonio arqueológico y etnográfico singular no catalogado.

7. Acaba con un posible potencial como museo hidrológico vivo (turismo de naturaleza, didáctico) y unos recursos locales con la excusa de un desarrollo local agrícola en vías de extinción y cuyos principales problemas ni siquiera han sido analizados.

8. Limita el drenaje en caso de lluvias torrenciales e inundaciones.

9. El mantenimiento de una acequia entubada es a largo plazo mucho más costoso que a cielo abierto.

10. Cualquier irregularidad (vertidos, robos de agua, atranques, roturas) no puede ser apreciada a simple vista.

11. El entubamiento privará a las próximas generaciones el poder apreciar la forma que tuvieron sus antepasados para enfrentarse y aprovechar los recursos del medio.

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