El gobierno derechista portugués impone un recorte general de sueldos al aumentar las cotizaciones

El actual estado de la crisis española es un reflejo de la lusitana de hace un año

LISBOA (8 sep. 2012). - Portugal, campeón de la austeridad y las "reformas", entró anoche en la zona más oscura de la crisis. La dificultad para reducir su déficit, pese a los durísimos recortes impuestos por la troika (CE, BCE y FMI) tras su recaste de hace un año, el presidente del Gobierno lusitano, el derechista Pedro Passos Coelho, ha anunciado a un país ya deprimido y exangüe una rebaja general de sueldos, al aumentar del 11% al 18% la contribución a la Seguridad Social (en España es del 4,7%). Esto supone un recorte del sueldo de los trabajadores del 7%, tanto del sector público como privado. Pero, las cotizaciones empresariales las baja del 23,75% al 18% para fomentar -dice- la contratación laboral (en España es del 23,6%).

Con su mayoría absoluta parlamentaria, el anuncio del primer ministro portugués, otro paladín de la austeridad financiera, alumno ejemplar de la troika para hacer recortes sociales sin rechistar y subidas de impuestos, fue hecho con la solemnidad que requieren los momentos más críticos para un país que se hunde en la austeridad desde su intervención, con un mensaje televisado en horario de máxima audiencia, una hora antes de que comenzara un partido de fútbol entre la selecciones de Portugal y Luxemburgo.

El salario medio en Portugal se sitúa entre 770 y 800 euros, y el mínimo es de 485 euros. Portugal fue rescatada por la troika en mayo de 2011 con 78.000 millones de euros para salvar su bancarrota, y el Tribunal Constitucional portugués declaró ilegal el pasado junio la retirada desde 2012 de las pagas extras a los trabajadores públicos y pensionistas que cobran más de 1.100 euros.

Los portugueses ven en el actual estado de la crisis española un reflejo tardío de un año de la suya. Viven cada día peor y son más pobres, el Estado de bienestar adelgaza y los servicios públicos son cada vez más caros y peores, como el transporte, suben los impuestos, como el IVA, cuesta dinero acudir al médico de cabecera o al servicio de urgencias (copago), etc. Y todo esto no sirve para salir de la crisis. El paro no ceja de subir. La recesión se enseñorea. Es la fe a pies juntillas de los alumnos aventajados de la pócima derechista alemana, que los "hombres de negro" de Bruselas, Fráncfort y Berlín aplauden.

Ni cumpliendo el menú de recortes más completo se cumple la reducción del déficit. Aumento de los impuestos, desplome del consumo, reducción de los ingresos del Estado. En Portugal, los socialistas también mantiene una oposición moderada y, ante las próximas elecciones locales, han expresado que no van a tolerar más recortes, más sacrificios y más dolor, pues la imposibilidad de reducir el déficit con tales medidas es un fracaso.

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