No es normal lo que está pasando en Murcia

NO ES normal lo que está pasando en Murcia. Las conclusiones de los expertos plantean un lúgubre panorama para comunidades como la murciana, donde la tasa de paro se ha triplicado en los dos últimos años para rebasar el 20 por ciento, y en donde se registró un notable crecimiento demográfico, básicamente inmigrante, que retroalimentó la burbuja inmobiliaria y el aumento del consumo, y donde las tasas de endudamiento son ahora muy elevadas. "Las comunidades que basaron buena parte del crecimiento económico y del empleo en la construcción son las que tienen por delante una digestión más lenta" de la crisis, aseguran los expertos.

A Murcia le alcanzó la crisis cuando había construído el doble de viviendas libres de lo que le hubiera correspondido, y en los ayuntamientos murcianos se estaban barajando aún convenios urbanísticos para cerca de otro millón de nuevas viviendas de seguda residencia en una región que había alcanzado los 1,3 millones de habitantes.

Murcia, la niña bonita del crecimiento en los últimos años, sufre ahora los efectos devastadores en el empleo por su adición al ladrillo. Su tasa anual media del PIB entre 2000 y 2007 había sido la más alta de España, del 4,2 por ciento, de una media nacional del 3,6 por ciento. Entre 2008 y 2009 bajó su PIB a -1,2 por ciento, siendo la media nacional del -1,4 por ciento. En cuanto al paro, la tasa media de 2009 se situó en el 20,7 por ciento, mientras que la media nacional fue del 18 por ciento.

El pinchazo de la burbuja inmobiliaria y de la industria afin a la construcción y el bajón del turismo han dejado gripada la economía murciana, con los salarios y las jubilaciones más bajas de España, así como el nivel de formación profesional por los suelos. Subiendo, por otro lado, la economía sumergida. Lo que el nivel de consumo se resiente más.

Ahora, los subsidios al paro -procedentes del Gobierno central-, que sostuvieron la renta en 2009, empiezan a caducar y los planes de austeridad restarán fuerza a la tradicional compensación del sector público. El ajuste de gasto obligará a las comunidades autónomas a ahorrar 10.000 millones de euros en cuatro años, 2.000 de ellos en 2010.

Tras la enorme expansión del crédito asociada al
boom del ladrillo, llegó el annus horribilis, que se traduce en enormes bolsas de deuda en familias y empresas.

Es más fácil destruir que crear y ahora hace falta reconstruir la confianza en la economía para que el crecimiento se traduzca en puestos de trabajo suficientes para reducir el paro. La preocupación es evitar el paro de larga duración, que en el último trimestre de 2009 sumó ya 1,5 millones de personas, el 34,5 por ciento del total.

La apuesta por el capital humano y el uso de las nuevas tecnologías, el ahorro energético, las energías renovables y la llamada economía sostenible es la clave para la revalorización de los sectores de futuro. Sin el crédito a empresas solventes, que debe fluir desde bancos y cajas, la reactivación económica será una entelequia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El comentario sera publicado tras su aprobación. Gracias.