LORCA, Murcia (27 abr. 2014). - Sólo cincuenta familias, el cuatro por ciento de las afectadas, residen en nuevas viviendas tres años después de los terremotos que devastaron la murciana ciudad de Lorca y se cobraron nueve vidas humanas y tres centenares de heridos. Sin embargo, el Gobierno de la derecha española presidido por Mariano Rajoy sí ha puesto ya el dinero para restaurar templos, hasta tres millones de euros, por el momento.
Entre los lorquinos que se encuentran frente al precipicio está Pedro Conesa: cuatro años en paro, dos hijos a su cargo y necesita medicarse con tranquilizantes. Este antiguo vendedor de congelados es hoy un hombre derrotado, que tiene que acudir a Cáritas, come de la olla de sus padres septuagenarios y deambula sin rumbo buscando trabajo. Tiene 53 años y cree que nunca podrá salir de su depresión. Su vivienda fue una de las 1.164 que tuvieron que ser demolidas por las escavadoras, tras los terremotos del 11 de mayo de 2011 (5,1 en la escala de Richter), seis meses antes de que los liberal-conservadores obtuvieran mayoría absoluta en España, desplazando así al gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.
La vida de Alfonso Serrano y Antonia García es otro ejemplo de la desidia del poder pepero. Pasan frío en invierno y se axfisian en verano. Es lo que tiene el tener que vivir en un barracón en el extraradio de Lorca, en cuarenta metros cuadrados, entre paredes de pladur y bajo un techo metálico que multiplica el repiqueo de las intensas lluvias. Una sexagenaria pareja que lleva viviendo en una de las "casas" prefabricadas, después de dormir en tienda de campaña a 42 grados. Los dos eran pobres antes, ahora el constructor de su casa derruída le pide 95.000 euros frente a los 71.000 que cobraron del seguro.
También quedan por reconstruir dos institutos de enseñanza media, el centro sanitario que atiende a un tercio de los 94.000 vecinos de Lorca, un polideprotivo, un conservatorio... Sin embargo, el dinero del Gobierno Rajoy sí que ha llegado puntual para restaurar iglesias y algún monasterio. Hasta la Generalitat Valenciana -también en manos del PP- ha subvencionado la recuperación de la Iglesia de San Cristóbal, a través de una empresa-fundación cuya gerente está imputada en la trama valenciana de corrupción Gürtel.
Entre las preguntas que se hacen los lorquinos están las siguientes: ¿Dónde están los 185 millones que el Banco Europeo de Inversiones dejó a la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia para reconstruir la ciudad? ¿Por qué la Comunidad Autónoma de Murcia adeuda hasta dos años de ayudas de alquiler a los afectados si recibió un préstamo de 115 millones del Instituto de Crédito Oficial (ICO)?
El portavoz de la Asamblea de Vecinos, que reúne a ochocientos afectados, el químico Juan Carlos Segura, acompañó a su madre a cortar una procesión: un sacrilegio en una ciudad que se paraliza con la semana santa. Durante estos días se harán oir mucho más. Esperemos que el delegado del Gobierno en Murcia, Joaquín Bacuñana, no mande a la policía española ha pedirles el carné de indentidad, a provocar a los vecinos con actitudes prepotentes, y si, llega el caso, a maltratarlos o lincharlos con sus porras y escudos. Que a eso está acostumbrado tan degenerado católico de la secta opusdeista, acompañado del diputado nacional murciano Vicente Martínez Pujalte, su correligionario en la fe y en el partido de tan raigambres creencias nacionalcatólicas.
Entre los lorquinos que se encuentran frente al precipicio está Pedro Conesa: cuatro años en paro, dos hijos a su cargo y necesita medicarse con tranquilizantes. Este antiguo vendedor de congelados es hoy un hombre derrotado, que tiene que acudir a Cáritas, come de la olla de sus padres septuagenarios y deambula sin rumbo buscando trabajo. Tiene 53 años y cree que nunca podrá salir de su depresión. Su vivienda fue una de las 1.164 que tuvieron que ser demolidas por las escavadoras, tras los terremotos del 11 de mayo de 2011 (5,1 en la escala de Richter), seis meses antes de que los liberal-conservadores obtuvieran mayoría absoluta en España, desplazando así al gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.
La vida de Alfonso Serrano y Antonia García es otro ejemplo de la desidia del poder pepero. Pasan frío en invierno y se axfisian en verano. Es lo que tiene el tener que vivir en un barracón en el extraradio de Lorca, en cuarenta metros cuadrados, entre paredes de pladur y bajo un techo metálico que multiplica el repiqueo de las intensas lluvias. Una sexagenaria pareja que lleva viviendo en una de las "casas" prefabricadas, después de dormir en tienda de campaña a 42 grados. Los dos eran pobres antes, ahora el constructor de su casa derruída le pide 95.000 euros frente a los 71.000 que cobraron del seguro.
También quedan por reconstruir dos institutos de enseñanza media, el centro sanitario que atiende a un tercio de los 94.000 vecinos de Lorca, un polideprotivo, un conservatorio... Sin embargo, el dinero del Gobierno Rajoy sí que ha llegado puntual para restaurar iglesias y algún monasterio. Hasta la Generalitat Valenciana -también en manos del PP- ha subvencionado la recuperación de la Iglesia de San Cristóbal, a través de una empresa-fundación cuya gerente está imputada en la trama valenciana de corrupción Gürtel.
Entre las preguntas que se hacen los lorquinos están las siguientes: ¿Dónde están los 185 millones que el Banco Europeo de Inversiones dejó a la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia para reconstruir la ciudad? ¿Por qué la Comunidad Autónoma de Murcia adeuda hasta dos años de ayudas de alquiler a los afectados si recibió un préstamo de 115 millones del Instituto de Crédito Oficial (ICO)?
El portavoz de la Asamblea de Vecinos, que reúne a ochocientos afectados, el químico Juan Carlos Segura, acompañó a su madre a cortar una procesión: un sacrilegio en una ciudad que se paraliza con la semana santa. Durante estos días se harán oir mucho más. Esperemos que el delegado del Gobierno en Murcia, Joaquín Bacuñana, no mande a la policía española ha pedirles el carné de indentidad, a provocar a los vecinos con actitudes prepotentes, y si, llega el caso, a maltratarlos o lincharlos con sus porras y escudos. Que a eso está acostumbrado tan degenerado católico de la secta opusdeista, acompañado del diputado nacional murciano Vicente Martínez Pujalte, su correligionario en la fe y en el partido de tan raigambres creencias nacionalcatólicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
El comentario sera publicado tras su aprobación. Gracias.