La derecha poliédrica / por Pedro Luis López Sánchez


 "SALVAJE agresión al consejero de Cultura Pedro Alberto Cruz" titulaba La Verdad el 15 de enero de 2011 en su edición digital [1]. Al consejero de Cultura de la Región de Murcia, Pedro Alberto Cruz, tres asaltantes le agredieron ocasionándole diferentes fracturas en la cara. Las reacciones no se hicieron esperar, la fiscalía actuando de oficio, detención inmediata de un joven retenido durante 72 horas sin pruebas contra él, y la prensa dando detalles de la vida de este joven y la de su familia, saltándose a la torera cualquier ápice de ética periodística.

Se montó entonces toda una campaña mediática durante semanas con entrevistas a nivel nacional en radio y televisión, líneas y líneas de artículos de opinión, debates en horarios de máxima audiencia, y un presidente de la Región de Murcia, el Sr. Varcárcel, acusando a la izquierda poliédrica [2] de la agresión, en un miserable intento de relacionarla con las protestas de funcionarios contra los recortes que recorrían entonces las calles de Murcia. De los autores de la agresión, de los motivos, de la relación con la noche murciana nada se sabe, mediáticamente tapado, silenciado.

Resulta difícil no relacionar aquella agresión con la agresión sufrida por Carlos Gorairis, miembro de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de la Región de Murcia, en la jornada de la huelga general del 14 de noviembre por parte de los antidisturbios que estaban destinados a la "contención de la masa", como lo definiría nuestro querido Delegado del Gobierno Sr. Bascuñana, en Murcia ciudad. Como decía, resulta difícil no relacionarlo por el parecido de las heridas sufridas.

En un primer momento, la Delegación del Gobierno y la Jefatura de Policía se apresuraron a usar los medios de comunicación para dar su versión de los hechos, afirmando que hubo provocación previa con lanzamiento de piedras y objetos y que Carlos se tropezó golpeándose con una moto que estaba en la acera. En el atestado se aportaron piedras como pruebas de la provocación previa y unos policías de paisano se hicieron pasar por familiares de Carlos en el hospital de la Arrixaca para acceder al informe médico. Y todo esto con toda la impunidad que proporciona incumplir la norma de ir debidamente identificado, impunidad denunciada ya en varias ocasiones por diferentes organizaciones de derechos humanos.

Gracias a la colaboración ciudadana y los vídeos aportados que han aparecido en prensa digital estos últimos días, se ha demostrado a los ojos del que quiera ver, que los antidisturbios acorralaron sin motivo a los manifestantes en un callejón estrecho repleto de coches y otros vehículos a ambos lados de la calzada, que cargaron sin previa provocación física con una proporción aproximada de dos antidisturbios armados hasta los dientes por manifestante desarmado, y finalmente, con toda su crudeza, empujaron a Carlos contra una moto y le patearon la cabeza cuando yacía inconsciente en el suelo. Ante la evidencia, el Jefe Superior de Policía, Cirilo Durán, ha tenido que reconocer que hubo "mala praxis" en la actuación policial y ha ordenado la apertura de una investigación interna.

¿Y la fiscalía donde está?, desaparecida, ni está ni se la espera. ¿Habrá consecuencias para los responsables de esta atroz agresión y de la cadena de decisiones previas a una carga policial no justificada? La experiencia nos dice que lo dudemos, es más, en el caso de que hubiera condenas, ya se encargará el gobierno de turno de conceder los correspondientes indultos. No sería la primera vez.

Pero Carlos no solamente ha sido víctima de uno o dos animales con uniforme que han actuado al amparo de la impunidad que les da no ir identificados con el beneplácito de sus jefes, no, Carlos ha sido también víctima de una estrategia bien definida Desde que se convocó la huelga general del 14 de noviembre, la derecha (me refiero a la banca, la CEOE y los partidos que representan sus intereses) ha usado todo su poder mediático, que es mucho, para primero persuadirnos de que la huelga es mala para España, como si el origen de la crisis fueran las huelgas, los sindicatos o los piquetes, después para amenazarnos con importantes pérdidas económicas, como si los casi seis millones de parados diarios no lo fueran ya, seguidamente mandando excesiva presencia policial a las manifestaciones y piquetes donde se encuentran sus intereses particulares, bancos y grandes empresas, para convertir el ejercicio mayoritariamente pacífico del derecho a huelga y manifestación en un problema de orden público; y finalmente haciendo uso de la violencia desproporcionada y la brutalidad policial para crear miedo y terror entre las personas que defienden sus derechos pacíficamente en las calles.

Carlos ha sido víctima de la estrategia bien definida por la derecha poliédrica, una derecha que cada vez más deja ver su verdadero rostro.

[1] Salvaje agresión al consejero de Cultura Pedro Alberto Cruz, primer titular del diario La Verdad

[2] Varcárcel: «Es producto de la izquierda poliédrica», segundo titular del diario La Verdad

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