Murcia tiene agua para todos / Francisco Turrión

Sondeo de las aguas suberráneas a escasos metros del propio Ayuntamiento de Murcia donde el PP mantiene su cartel electoral del "agua para todos".

MURCIA (24 abr. 2011). - ¿Sabia usted que debajo de la ciudad de Lorca (Murcia) hay agua subterránea potable? ¿Que, con ese agua, de baja mineralización y procedente del acuífero profundo del Alto Guadalentín, se riegan, en el municipio vecino de Puerto Lumbreras, cultivos, tan sensibles, como son los claveles? ¿Sabía que ese acuífero, descubierto en la pasada sequía por la CHS, no existe en la planificación hidrológica del Segura, no consta y no es considerado como "tema importante"? ¿Sabía que los 2.000 millones de metros cúbicos embalsados en el acuífero profundo de las vegas media y baja del Segura, entre Murcia y Orihuela (3.000 millones según otro autor), y cuyas aguas se ven salir en la foto de arriba de un sondeo a escasos metros del Ayuntamiento de Murcia, tampoco constan en los documentos de estudio y debate de la planificación hidrológica?

La antigua hipótesis de que los recursos subterráneos renovables (y que parte de ellos pueden ser utilizados de forma sostenible en Murcia) no están bien evaluados y contabilizados constituye ya una certeza apoyada en multitud de datos científicos y evidencias tan grandes como la Catedral de Murcia. No estudiarlos con rigor científico, no dar a conocer los estudios ya existentes e incluirlos en el proceso de planificación hidrológica en curso, es, a nuestro juicio, una temeridad en la actual crisis económica. Pensar que no disponemos de estos recursos de agua, que están aquí y que son nuestros, nos está costando dinero, impidiendo la creación de nuevos puestos de trabajo, la generación de riqueza, progreso y desarrollo económico. Pues nuestra agua es más vida hoy, que la que no llegará de fuera nunca.

Los acuíferos del Alto y Bajo Guadalentín tienen declaración provisional de sobreexplotación desde 1988. Según la documentación de entonces, el agua subterránea era salobre por los importantes bombeos, que hacían descender progresivamente el nivel del agua en el acuífero. Pero toda esa información se basaba en los pozos existentes en aquel momento, que no tenían más de 200 metros de profundidad en la inmensa mayoría de los casos. ¿Qué pasa si hacemos hoy un sondeo del doble de profundidad y cementamos esos primeros 200 metros? Pues que el agua que obtenemos no es salobre, es agua prepotable, acta para riego incluso de claveles. ¿Puede un único acuífero tener agua salobre arriba y dulce abajo? No, porque el agua con sales disueltas pesa más que la dulce y se iría abajo. ¿Cómo se puede explicar esta paradoja? Porque son dos acuíferos distintos e independientes separados por un potente estrato arcilloso impermeable. Es decir, estamos en el caso de un acuífero multicapa, como lo es el del Bajo Guadalentín.

Ejemplos como este, de posible sobreexplotación del acuífero más somero (y que como veremos en algún momento, se medía y se mide de forma distorsionada, en entornos con alta concentración de sondeos -campos de pozos con importantes interferencias o "embudos piezométricos"-) debieron inspirar la redacción del Real Decreto Ley 3/86 de 30 de diciembre, que declaraba, a efectos prácticos, sobreexplotada toda la cuenca del Segura. Lo local y particular se hacía general, y en su artículo 2º, este RD-Ley prohibía el otorgamiento de nuevas concesiones hasta tanto no se aprobara el Plan Hidrológico de la Cuenca del Segura (PHS).

Esta auténtica "Ley seca" para las aguas subterráneas del Segura en general, y para las de Murcia en particular, se mantiene así (aunque los regadíos de "algunos privilegiados" no dejaran de aumentar a pesar de lo estricto del decreto) hasta la publicación de la normativa del PHS en 1999. Ésta abría una mínima posibilidad de obtener concesiones de agua subterránea pero limitada sólo a aquellos municipios calificados por la Unión Europea como zonas desfavorecidas, ubicados principalmente en la provincia de Albacete. A pesar de ello, esta estrecha vía legal se ha abierto en casos muy contados desde entonces.

¿Por qué la necesidad de conocer bien los embalses subterráneos de Murcia, su geometría, sus reservas y recursos renovables? Para poder derogar esta "Ley seca" que encorseta nuestro desarrollo económico en el terreno de la agricultura, industria e, incluso, el abastecimiento público. Con esa nueva información, y con la experiencia recogida estos últimos años de sequía en la gestión pública del alumbramiento de aguas subterráneas, la CHS podría poner a disposición de regantes y demás usuarios recursos de aguas subterráneas en muchos municipios, que generarían riqueza y crearían empleo. El agua no sería gratis, los usuarios pagarían la amortización de los sondeos, el coste del bombeo y el mantenimiento de las instalaciones. Es decir, lo que la Directiva Marco del Agua llama repercusión de costes. Al ser publica la gestión de esta nueva agua, el control sería total: los sondeos se harían en el lugar más conveniente y de la forma más eficiente, como se han hecho los casi 100 de la BES en la pasada sequía 2005-2008.

Las posibilidades son muchas. El riesgo poco, pues se pueden iniciar experiencias piloto en las zonas rurales más deprimidas y con los proyectos empresariales, industriales y agrícolas más viables. Creemos que esta es una buena idea para ayudar a salir de la crisis económica. Merece la pena intentarlo. Pues tenemos que empezar a convencernos de que nuestra agua puede ser vida ya, mañana mismo.

Francisco Turrión es geólogo e hidrogeólogo de la CHS.

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