En Ojós se acaba el "Agua para todos" / por al-Fūrs

AFIRMAR que no se llenan los cauces de las acequias de la tradicional Huerta de Murcia desde que en 2004 fue excluido del Plan Hidrológico Nacional el proyecto de trasvase de agua del río Ebro a determinadas tierras de las comunidades valenciana y murciana y a parte de la provincia de Almería es una autentica falsedad, y si esta afirmación la hacen desde la actual Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia y es difundida como si fuera una verdad, es además una falsedad con alevosía y publicidad. Es una evidencia para quienes tienen ojos y neuronas en la cabeza que no sólo las acequias de la tradicional huerta murciana, sino el propio cauce del río Segura a su paso por ella, empezó a perder su caudal histórico desde que en 1979 entró en funcionamiento el acueducto del trasvase del Tajo al Segura.

A partir de entonces, al río Segura lo convirtieron en una cloaca a cielo abierto en donde los vertidos contaminantes al mismo ya no se pudieron encubrir ni disimular. Durante años y años las poblaciones de las pedanías murcianas ribereñas del Segura sufrieron esa contaminación sin la menor piedad, y también sin la menor queja formal, sin la más mínima manifestación popular, con espantosa e inicua resignación. Y las voces que intentaban dar cuenta de esta contradición y este trampantojo se intentaron acallar, como en los mejores tiempos del caciquismo secular.

No hay que remontarse muchos años atrás para recordar cómo las puertas, las ventanas, los balcones y las persianas de las casas de los vecinos de estos pueblos, como el de La Raya, ennegrecían físicamente por los efectos de esa contaminación del Segura, que en plena canícula del mes de agosto era insufrible. Esperaban las noches para, con esa nefanda nocturnidad, hacer más evidentes, pérfidos y groseros esos venenosos vertidos, en noches tan calurososas en las que no se sabía si era peor tener las ventanas y balcones cerrados o abiertos. Mientras tanto los mandamases de la región y del municipio estaban en sus plácidos veraneos marítimos con tiempo suficiente para plantearse sus delirios para el futuro de esta región.

Es una necedad decir que un trasvase del Ebro hacia tierras murcianas hubiera supuesto "ansiosos" y "abundantes caudales" para la tradicional huerta murciana. Ese supuesto trasvase, que sólo fue dispuesto en el papel de un Gobierno irresponsable, nunca llegaría a ser arpobado por la Unión Europea, por ser ambientalmente insostenible y económicamente inviable, y por lo tanto financieramente irrealizable.

Esas aguas del Ebro las tenían previstas destinar para los especuladores del sector de los resort turísticos masivos que estaban siendo proyectados al mismo tiempo en los escasos espacios naturales y protegidos del litoral mediterráneo y, en concreto, en el murciano. Y ese trasvase, de haberse empezado a llevar a cabo, no se hubiera terminado hasta mediados del presente siglo. No hace mucho tiempo que se oían las cazurradas de que la agricultura murciana no era ya el futuro, sino que el porvenir de los murcianos estaba en el monocultivo del "ladrillo" y en ser "camarero". Y ahora hay está ese tropel de decenas de miles de segundas residencias "en venta" y la agricultura como un sector económico que se salva de la "quema" en Murcia.

Desde que fue levantada la bandera nacionalista hidráulica del "Agua para todos" los murcianos no han hecho otra cosa que depositar en la urna la papeleta de la "Corrupción para todos". Y hoy ese futuro de especuladores es la triste realidad de la crisis económica, pero también de la gran actividad investigadora de los grupos policiales y fiscales anticorrupción, que llevan a Murcia a las primeras páginas de los periódicos y los telediarios no sólo de España sino de los medios de comunicación internacionales, un día sí y otro también. Los políticos y empresarios corruptos vienen siendo citados por la Justicia murciana y la cárcel de Sangonera ya tiene inquilinos "ilustres" a los que no les faltan palmeros.

Hay que ser más que imbécil pensar que la Unión Europea podría estar dispuesta a financiar con centenares de miles de millones de euros un trasvase del Ebro para que las acequias de la tradicional huerta murciana llevaran agua otra vez "gracias" a los adalides de la gran corrupción, a los ansiolíticos y depredadores de los espacios naturales protegidos. Hay que ser inocente o estúpido, o las dos cosas a la vez, creer que los que pretendían el agua del Ebro para construir 800.000 segundas residencias en un territorio como el murciano, con no más de un millón y pico de habitantes y con un defícit estructural e histórico de recursos hídricos, que con dicha aportación iba a correr de nuevo el agua por nuestras acequias.

Murcia dispone del agua de siempre del Segura y sus afluentes, principalmente la del río Mundo, y desde que dispone de la del Tajo, la primera viene siendo hurtada -sí, robada- a la huerta tradicional murciana, y junto a la del río castellano vendida a buen precio para las miles de hectáreas de los nuevos regadíos del trasvase, muchos de ellos en manos de multinacionales, cuando no desviada fraudulentamente para otros usos.

El río Segura sigue siendo el mismo hasta Ojós. De aquí es de donde ambas aportaciones hídricas ya unidas en una se desvían a los campos de Alicante, Murcia y Almería, robándole al cauce del Segura su caudal y dejando secas sus acequias, hasta su desembocadura en Guardamar.

Si las acequias se convierten en peligrosos vertederos, en focos de suciedad y peligros varios, es porque la actual dirección de la Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia no cumple con sus responsabilidades, ni el Ayuntamiento de Murcia gobernado por la derecha más rancia de Europa, tampoco. Es de necios ampararse en excusa tan tercermundista para justificar el cimbrado de las acequias. No porque alguien lleve el pelo sucio hay que rebanarle la cabeza. No será más bien que dejando que se deteriore el bien, se enarbola su mal estado para desahuciar a su usufructuario, que en este caso es toda la sociedad, es un ecosistema único en el mundo.

Lo más patético de toda esta historia de indolencia y de cretinismo es que los artífices de la destrucción de la acequia Puxmarina se amparan en que van a dejar de su cauce ya inexistente algunos "adornos" que tengan un "mínimo de valor histórico". Estos adalides del esperpento no tienen límites en sus disparates, es como si lo destruido hubiera sido un castillo medieval, pero para congraciarse con la historia, la cultura y el pueblo dejaran tres piedras como afrenta de la infamia perpetrada.
Es de justicia conservar el sistema hidráulico de la tradicional huerta de Murcia, que representa un patrimonio histórico, cultural y natural de primer orden y único en el mundo, junto a sus conjuntos arquitectónicos adyacentes, a través de un mecanismo similar al del propio río: a través de un cauce ecológico. La reivindicación del "Agua para todos" a otras comunidades carece de valor si no se reivindica primero en la misma casa, en el mismo territorio. Sí: "Agua de Ojós para todos".

Fotos: En Ojós hay un Azud que deriva las aguas hasta Alicante y Almería.

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