Censuran a Esperanza Aguire que huyera de la policía

MADRID / VALENCIA (5 abr. 2014). - Los ataques de la lideresa doña Esperanza Aguirre y Gil de Biedma contra agentes municipales madrileños en el incidente de tráfico del pasado jueves han sido recibidos de distinta forma en el seno del Partido Popular. Mientras su pupilo y actual presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha defendido a su hacedora, la alcaldesa de la ciudad, Ana Botella, y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, le han recordado que "la ley es igual para todos". Este suceso protagonizado por la duquesa consorte de Bornos y Grande de España, que ayer recorrió todos los medios de comunicación habidos y por haber para dar su fantástica versión, se ha incrustrado también en la batalla campal que se libra en el seno del partido gobernante ante las elecciones de mayo del próximo año. No son nuevas y contradictorias las versiones -que, como perlas- a las que nos tiene acostumbrada la derecha cuando a asuntos de orden público se refieren. Las de la presidenta del Partido Popular de Madrid suelen estar aliñadas de su verborrea chulapa y cañí. Es la forma que tienen de sacar una vara u otra de medir, según convenga, que forma parte de las tradiciones 'populares' de este país, Estado español o reino de España, que de tan "grande" que es, es una nación de naciones, de ahí el rancio por inveterado nacionalismo español y sus congéneres periféricos. Sigan ustedes votándolos para regresar cuanto antes a la España del siglo XV y a su imperio imperial.

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