El PP da cuatro millones de euros a dos colegios que separan a sus alumnos por razón del sexo

Por PEPE CONTRERAS

LOS COLEGIOS murcianos Nelva y Monteagudo, pertenecientes a Fomento de Educación, una institución privada del Opus Dei, han sido beneficiados de una subvención de cuatro millones de euros concedida por la Consejería de Educación, según el concierto de enseñanza establecido. Si bien, dado el tratamiento de separación de alumnos y alumnas que se lleva a cabo en estos centros educativos -pues Nelva es femenino, y Monteagudo, masculino-, la Federación de la Enseñanza de la UGT, estima que se contraviene el artículo 84 de la Ley Orgánica de la Educación, por el mantenimiento de una educación diferenciada por razón de sexo.

Dichos colegios, por estar en la órbita del Opus Dei, tienen encomendada expresamente la formación religiosa de su alumnado a sacerdotes de dicha prelatura eclesial, que imparte al alumnado una doctrina católica de corte fundamentalista, siendo además, gran parte del profesorado miembros de la referida institución religiosa, y además estos colegios son utilizados como base de captación de adeptos del Opus entre los padres y alumnos de los mismos, con una activa acción de proselitismo para la consecución de seguidores de Escrivá de Balaguer en Murcia.

Siendo de reseñar que entre su alumnado públicamente subvencionado, curiosamente apenas se encuentran hijos de ciudadanos inmigrantes, a diferencia de lo que suele ocurrir en los colegios públicos de Murcia, generándose en cierto modo, un sesgo clasista de la burguesía murciana con perfiles necesariamente tradicionalistas, en el ámbito social, e integristas en el ámbito católico.

Aunque quizá lo anterior sea consecuencia de las condiciones económicas que plantean a los padres de potenciales alumnos, dado que para su admisión se exigen importantes cantidades de dinero, así como los respectivos pagos mensuales, que presentadas como “donaciones voluntarias”, realmente son obligatorias –pues lo tomas o lo dejas-, y exceden el margen legal permitido de cobro a los padres del alumnado, para actividades extraescolares. De hecho, se cobra por alumno y mes por encima de los 150 euros en esa supuesta donación, además de comedor y transporte para los que lo necesitan y pueden pagarlo. ¡Todo un prodigio de astucia, sutileza, e incoherencia cristiana…!

Algo que enmascara realmente un negocio educativo libre, pues hay libertad para su ejercicio, pero que encaja mal con las condiciones sociales, objetivas y de igualdad de unas ayudas públicas, y sobre todo con un credo cristiano basado en la caridad, la verdad y el servicio al prójimo, al que ni la Comunidad Autónoma puede estar ajena al destino que da al dinero público de los murcianos, ni la Iglesia debería mirar para otro lado, por más poder influyente que despliegue su prelatura tanto interna como externamente al ámbito eclesial, pues resulta curioso que hasta la UGT en su nota de denuncia acabe poco menos que disculpándose ante el profesorado de estos centros, pues implícito queda que nada va contra ellos en el ámbito estricto de su profesión, aunque muchos de ellos participan activa y voluntariamente de los planteamientos expuestos, razón que debió de dar fundamento a su contratación, pero que naturalmente no compartimos, como creemos que tampoco comparta el sindicato denunciante.