Demanda contra exdecano de abogados y padrino de la hija de Valcárcel, digna del Siglo de Oro

MURCIA (9 oct. 2009). - Digna de la mejor literatura del Siglo de Oro español es la redacción que el abogado murciano José Luis Mazón ha dado a la demanda que ha interpuesto contra el ex decano del Colegio de Abogados de Murcia, Pedro Luis Sáez, por presunta infracción disciplinaria de insultos y abusos del cargo durante un acto de juramento de diez nuevos letrados, entre los que se encontraba María del Rosario Valcárcel Muñoz, hija del presidente de la comunidad autónoma y del Partido Popular de Murcia, Ramón Luis Valcárcel. La conducta del ex decano en un acto que reunía a la "flor y nata" del estamento judicial, forense y académico murciano "causó honda sensación".

En su demanda ante la Sala de lo Contencioso Administrativo de Murcia, Mazón relata que cuando tocó el turno de la jura a la hija de Valcárcel, el entonces decano colegial, que actuaba de co-padrino de la jurante, “se salió de la mesa y perdiendo el norte lanó un discurso panegírico –ajeno al protocolo del acto- del tremendo honor que para el Colegio de Abogados era recibir en su seno a la hija del presidente de la Región de Murcia, allí presente, y tras estas y otras retóricas semejantes empezó a aplaudir a la joven, a su padre y al poderío que representaban y que trastocaba el juicio del mentado decano, creando, por sentimiento de educación que los más de los asistentes tenían, la cortesía de secundar el aplauso”.

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La sorpresa continuó cuando al pasar los siguientes jurantes, el público, por dignidad, aplaudía a cada uno de ellos. “Entonces el decano denunciado cortó tajante: “Este acto no es de aplaudir”, creando entre los asistentes un sentimiento de confusión, bochorno o vergüenza ajena por la deplorable y discriminatoria conducta del decano que, sin duda, estaba infringiendo sus deberes como autoridad pública y su deber de probidad o decencia como decano, y como abogado, al conducirse de ese modo tan abusivo y tan discriminatorio”.

Entre otras autoridades en aquel acto celebrado el día de San Raimundo de Peñafort de 2006, se encontraban los presidentes del Tribunal Superior de Justicia y de la Audiencia Provincial, el entonces rector de la Universidad de Murcia, el decano de la Facultad de Derecho y el ex fiscal de tráfico y ahora diputado regional del PP, Manuel Campos, entre otros.

Continúa el relato de la demanda de Mazón que, posteriormente al acto, “se vino a recoger por el denunciado la cosecha de la siembra de la adulación en el año anterior, pues vió publicado su nombramiento como miembro del Consejo Jurídico de la Región de Murcia, a propuesta de la Asamblea Regional de Murcia, de mayoría del PP, el partido presidido por Valcárcel. El modesto abogado de accidentes de circulación que había sido antes de ser decano quedaba elevado a la dignidad de egregio e insigne jurista regional, deshaciendo el dicho de genio y figura hasta la sepultura, pues el denunciado el genio y figura ni le vino de cuna ni lo demostró en sus defensas, sino que lo logró con la alquimia transformadora del cargo público y del aprovechamiento que supo hacer de el para su mejora personal”.

Se trata de “una falta muy concretada, primero, en el trato privilegiado a la hija del presidente regional y luego en la vergonzosa recriminación al público que aplaudía a cada uno de los restantes jurantes para que no aplaudiesen”, añadiendo “el abuso de autoridad y la grave desconsideración con los administrados”, agrega la demanda.

Proveer las bolsas

Arguye Mazón que “las normas deontológicas prohíben este tipo de prácticas, pues el abogado tiene el deber de probidad y respeto hacia otros abogados, y los otros jurantes menospreciados por el discurso panegírico eran abogados, por lo que resulta evidente que la conducta del denunciado reviste indicios de ilícito disciplinario.

El ex decano “con estas benditas aguas traídas por el flamante cargo pronto su modesto despachó floreció en la agricultura de la ganancia”, pues “una de sus aventuras más sonadas, que no fue de las de 'desfazer tuertos', sino de proveer las bolsas, fue valerse del honroso cargo para ponerse en la lista de los administradores mercantiles de los procesos concursales, actividad en la que él carecía de toda pericia, pero prometiendo ser la que a él le tocara muy lucrativa y siendo él muy pagado de sí y diligente en el aprovechamiento de las oportunidades”.

Así, continua, “decidió probar suerte sin reparar en el feo que se hacía a la dignidad de la función, y así por la decanal condición le vino la fortuna en forma de controvertido encargo de administrador de una famosa ruina de empresa (Española del Zinc), que variadas versiones hay de cómo consiguió el nombramiento, por el que al cabo de unos pocos sudores se embolsó como dicen sus cofrades una fortuna ('minutazo' le llaman) de no menos de cien millones de pesetas, limpios de polvo y paja, que vinieron a ser en su fuero interno como merecidísimos honorarios de los ya años de servicio desempeñados al Decanato murciano ya que las demás prebendas y beneficios recibidos, casos o clientes atraídos por el Decanato, no eran suficiente pago para tantísimo mérito, según el se veía de inmejorable gestor del oficio público”.

En resolución, “que el decano denunciado se movía en su Colegio como Pedro por su casa o como señor, castellano o dueño de un castillo, ejerciendo en el como es propio de la condición castillesca, todo su poderío”.

Mazón pide que el Colego General de la Abogacía de España abra expediente disciplinario contra Pedro Luis Sáez, por revestir la conducta indicios de ilícito disciplinario de falta de respeto, con sustanciación de una investigación esclarecedora de los hechos donde se depuren las responsabilidades a que haya lugar, al modo como ha decidido la STS, Sala 3ª, de 11 de marzo de 2009, caso Ferrín Calamita, por revestir los hechos indicios de conducta discriminatoria, abuso de poder y falta de respeto a los asistentes jurantes y a sus familias.

El abogado murciano José Luis Mazón ha emprendido acciones judiciales anteriormente también contra miembros del Tribunal Constitucional, jueces como Ferrín Calamita y el presidente del TSJ de Valencia, Juan Luis de La Rua, por no abstenerse, dada su amistad, en el proceso contra el presidente de la comunidad valenciana, Francisco Camps.

Fotos: Arriba, el abogado demandante, José Luis Mazón. Abajo, el ex decano demandado, Pedro Luis Sáez.

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