LA DESINFORMACIÓN de la mayoría de los murcianos es palpable. Esta desinformación procede del puñado de medios de comunicación con difusión en esta región de marcado carácter derechista y afines a los gobiernos corruptos del Partido Popular de Valcárcel y Cámara, que les atiborran, además, de subvenciones procedentes del erario público. Esta aseveración no es gratuita, sino que es corroborada por las propias encuestas que estos medios encargan a empresas de análisis sociológico.
La publicada este domingo por la edición murciana del diario La verdad, del grupo vasco Vocento, sobre lo que opinan los murcianos revela que al 19 por ciento de éstos no les "interesa nada" y al 47 por ciento les "interesa poco" las elecciones al Parlamento Europeo. Es decir, casi las tres cuartas partes de los murcianos opinan que no tienen interés por las decisiones de las instituciones europeas, que afectan al 80 por ciento de la vida de los Estados y regiones que la integran. O lo que es lo mismo, la mayor parte de la sociedad murciana opina no importales las decisiones que afectan a su vida.
Y si los murcianos dicen no tener este interés es porque la mayoría de los medios de comunicación que se difunden en esta región no informan ni crean la opinión píublica necesaria para que los murcianos puedan opinar de que sin Europa, España y, especialmente, la región murciana no estarían incluidos en el mundo más desarrollado y avanzado del mundo. Se podría opinar que sin los fondos económicos europeos entregados a una región "Objetivo 1" como Murcia, este territorio seguiría anclado en el pasado y sin perspectivas de futuro. Esto sería meridianamente opinable para quien lo sabe y es consciente de ello, pero si esto al 66 por ciento de los murcianos les "interesa poco o nada" es porque los medios de difusión regional no cumplen con la principal de sus funciones, que es la de informar y crear opinión sobre la verdadera realidad de interés público para la vida de la sociedad murciana.
Los artífices de estas encuestas corroboran lo dicho, pues afirman que sus entrevistados murcianos "no suelen mirar más allá de los Pirineos" y manifiestan que sus prioridades son los problemas de la "situación política española" antes que los de la situación europea (¡en la que está incluída la española!). Es decir, que los murcianos "creen" que España y Murcia están al margen de Europa. Y si la mayoría de los murcianos tienen esta opinión de su realidad, está claro que la misma es una "alucinación" de la que sólamente pueden ser máximos responsables los propios medios de comunicación en Murcia.
Otros resultados de la encuesta publicada este domingo por el citado periódico afín a los intereses políticos del Partido Popular desvela la siguiente curiosidad: casi la mitad de los murcianos opina que la situación económica en la región "no es mala", y unido esto a la "creencia" de que hay "un culpable claro" de esta sitaución: el presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, y no Valárcel o su jefe nacional, Rajoy, la "paranoia" de la opinión pública murciana, de la que son responsable los medios de comunicación en Murcia, sólo puede ser calificada de muy grave.
Según la encuesta encargada por los propios medios en Murcia, la mayoría de los murcianos refleja esta enfermedad social producto de la desinformación y los intereses de estos mismos medios de comunicación en Murcia, más preocupados en la defensa política de quienes le son afines ideológicamente y de quienes, además, reciben prebendas pecuniarias.
A este tipo de encuestas a la ciudadanía murciana le falta siempre la misma pregunta: ¿Percibe usted, como murciano o murciana, la existencia de algún medio de comunicación en esta región que no defienda los intereses políticos y partidarios de la derecha murciana y del Partido Popular de Valcárcel y Cámara?
Colofón: Las encuestas a los murcianos sólo reflejan la opinión públicada por los medios de comunicación murcianos. Como la mayor parte de estos medios son de derechas, los mucianos opinan lo que la propaganda de la derecha murciana les dicta. Opinar es una cosa, y "pensar" otra muy distinta. Para propiciar el "pensamiento" hay que exponer las contradiciones de los hechos. Y esta exposición no la va a presentar nunca un vasallo de su Señor.
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