No reparan en gastos en destruir como alucinados el patrimonio de todos / por al-Fūrs

Hilera de álamos en la destruida acequia Puxmarina.

CON EL CIMBRADO o entubamiento del tramo más importante y significativo de la milenaria y ya extinta acequia Puxmarina en el término de la pedanía murciana de La Raya, sus ejemplares de álamo blanco y otras especies arbóreas que han pervivido en sus riberas pueden correr también un serio peligro de desaparición. La destrucción irreversible de estos cauces, integrantes del sistema hidráulico medieval y tradicional de la huerta murciana, está produciendo asimismo una patética ausencia del olmo común o castellano, el plátano, el sauce, el algarrobo, la higuera, el almez o latonero, la morera negra y del álamo blanco, entre otras especies autóctonas o pertenecientes al acervo silvocultural de la huerta murciana y su ecosistema.

Las obras del cimbrado de la Puxmarina han dejado al descubierto algunas hileras de ejemplares de chopo o álamo blanco donde siempre habían anidado las aves. Se trata de una especie arbórea de rápido crecimiento, que se eleva a considerable altura de hasta treinta metros, de copa amplia y ramas vigorosas, cuya corteza es blanca grisácea y que puede ser lisa o agrietada, siendo variadas las formas de sus haz de hojas, que son de un verde lustroso, mientras que el envés es piloso y blanco. Sus flores aparecen antes que la fronda, que inicialmente tienen un color rojizo que tiende a palidecer con el tiempo. Sus frutos-semillas son muy pequeñas y poseen un penacho sedoso que contribuye a su distribución con el viento. Produce una madera blanca y ligera y muy resistente. Se trata de una especie que, precisamente, aparece en el catálogo de árboles históricos y monumentales del término municipal de Murcia -populus alba-, típica de ribera, que se situaba en los márgenes del río y de las acequias, y al que se le dio usos medicinales y ornamentales, como la talla de imágenes religiosas.

El cámaralato y el valcárcelato han condenando a su total aniquilamiento el inmenso y rico patrimonio natural, histórico, cultural y arquitectónico de carácter civil y popular del municipio murciano, que ha pervivido durante siglos y ha sido origen y base de su historia y tradición y, no hay que olvidarlo, su riqueza. Tal avasallamiento es posible por darse un sistema político-caciquil emboscado en la complicidad de una mayoría abúlica y silenciosa frente a los engaños más burdos y horteras de los políticos de turno, de los políticos profesionales y de los que no siéndolo o diciendo que no lo son dicen tener su solución para todo pero sin el debate ni el consenso con nadie, lo que todavía es mayor machada y peor desatino.

En La Raya empezaron borrando del mapa los molinos de Puxmarín y Batán y el tramo urbano de la acequia, y siguen destruyendo cualquier cosa que huela a patrimonio de todos, a naturaleza viva, a cultura e historia común, a ecología.

Se están conmemorado treinta años de ayuntamientos democráticos en España y es hora de recapitular sobre lo hecho, lo mal hecho, lo que todavía está por hacer desde entonces y lo que se ha de evitar seguir haciendo en un pueblo, en una comunidad vecinal como La Raya en la que habitan dos millares y medio de personas en las mejores condiciones socioeconómicas que se han conocido nunca. El progreso y el bienestar no lo regala nadie, se conquista, y el de los pueblos, el que corresponde al interés general y beneficia a toda la ciudadanía y a las generaciones futuras, también se conquista, sin duda. Y si los murcianos pedimos solidaridad para seguir progresando cuando exigimos a otras comunidades autónomas el agua de sus ríos, practiquémosla entre nosotros mismos para seguir mejorando y ser creíbles.

El espacio de la medieval Puxmarina no debe ser degradado, sino ecológicamente restaurado y conservado.

1 comentario:

  1. Los listos del lugar y sus lugartenientes son de la opinión de que ante la suciedad de las acequias la solución es entubarlas. ¿A qué suena esta majadería? ¿No es lo mismo que decir que ya que tienes la cabeza sucia, tápatela o córtatela? Opinarán también que la ciencia es infusa. Juassss...!

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