Un guardia civil nacido en La Raya, testigo directo del accidente nuclear de Palomares

José Sánchez Cánovas.
LA RAYA, Murcia (17 en. 2016). En el cincuenta aniversario del accidente nuclear en Palomares, el Diario de Almería recoge unas declaraciones de José Sánchez Cánovas, un guardia civil nacido hace ochenta y cuatro años en La Raya (Murcia), que fue testigo directo del choque de los dos aviones norteamericanos y la caída de cuatro bombas en esa población.

Sánchez Cánovas cuenta lo ocurrido así: "Venía por la carretera de Pulpí en una moto con sidecar, con un compañero del Cuerpo, y vimos chocar dos aviones en el cielo. Era curioso que los americanos llevaran careta incluso para comer y nosotros íbamos a cara descubierta. Sólo se la quitaban cuando iban muy borrachos. Nos sorprendía lo mucho que les gustaban los tomates y el vino. Después de tanto beber y comer se quedaban dormidos encima de la bomba que estaba rajada".

El accidente de Palomares ocurrió el 17 de enero de 1966, cuando un bombardero estratégico estadounidense B-52 que portaba armas nucleares y un avión nodriza KC-135 (cargado con 110.000 litros de combustible) colisionaron a 10.000 metros sobre la costa mediterránea, en el cielo de la pequeña localidad almeriense. El hecho se produjo durante una maniobra de rutina de aprovisionamiento de combustible.

El B-52 transportaba cuatro bombas termonucleares Mark 28 (modelo B28RI) de 1,5 megatones cada una, de 1,5 metros de largo por 0,5 metros de ancho, con un peso de 800 kg. Dos de ellas quedaron intactas, una en tierra (cerca de la desembocadura del río Almanzora) y la otra en el mar. Las otras cayeron en un solar del pueblo y en una sierra cercana. Se produjo la detonación del explosivo convencional que contenían, lo que sumado al choque violento con el suelo, hizo que ambas bombas se rompieran en pedazos. Las tres que cayeron en tierra fueron localizadas en cuestión de horas; la que se precipitó al mar pudo ser recuperada 80 días después.

Como resultado de la explosión, se formó un aerosol, una nube de finas partículas compuesta por los óxidos de elementos transuránicos que formaban parte del núcleo de las bombas, más el tritio que se vaporizó al romperse el núcleo. Dicha nube fue dispersada por el viento

Según Diario de Almería, Sánchez Cánovas nació en La Raya (Murcia) hace 84 años, creció rodeado de agentes de la Guardia Civil porque su padre era teniente y comenzó a trabajar en el Cuerpo desde muy joven, en 1944, cuando ingresó en la academia de Fuenterrabía, en Guipúzcoa.

Anteriormente, su familia se había trasladado a Madrid de donde tuvo que marcharse tras acabar la Guerra Civil en España. En su barrio había ataques diarios y murió su hermano con sólo 20 años. José Sánchez Cánovas, uno de los subtenientes más antiguos de la Guardia CIvil recibió un homenaje por el 164º aniversario de la fundación del Cuerpo.

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