La región murciana pasa por el periodo más cálido de los últimos cuatrocientos años

MURCIA (12 en. 2014). - El investigador de la Universidad de Murcia Salvador Gil Guirado ha averiguado que esta región pasa ahora mismo por el periodo más cálido de los últimos cuatro siglos y que experimenta una evidente fuerte disminución de las precipitaciones. Estos datos se desprenden de la tesis doctoral que acaba de presentar, según fuentes del Vicerrectorado de Investigación de la principal institución científica murciana.

Gil Guirado ha podido reconstruir el clima de la Región de Murcia en los últimos 400 años, con un estudio de las precipitaciones y temperaturas, así como un nuevo modelo de análisis de la vulnerabilidad de los riesgos naturales, como las sequías e inundaciones, en distintos periodos y épocas.

"Lo más novedoso de esta tesis es que a través de técnicas estadísticas se ha conseguido reconstruir por primera vez a escala anual y estacional las temperaturas en la Península ibérica a través de documentos históricos", destaca Gil Guirado.

Según la investigación, sobresalen algunas épocas especialmente frías durante los años estudiados. La primera, durante la segunda mitad del siglo XVII, relacionada con la menor actividad solar durante el Mínimo de Maunder y, la segunda, a finales del siglo XVIII. Sin embargo, son los cien años que van de 1840 a 1940 los más fríos en todo el periodo de estudio.

"En el siglo XVII los inviernos en el sureste español eran mucho más fríos que los actuales, de ahí que se produjera un auge en la construcción de pozos de la nieve, que eran unos orificios circulares de entre 5 a 8 metros de profundidad excavados en la tierra, donde se almacenaba la nieve hasta que se compactaba y se formaba hielo", añade el investigador.

Este hielo se usó para los helados y también en la medicina, "porque se le atribuía propiedades curativas. Muchas veces, la nieve de Sierra Espuña se trasladaba de madrugada a Murcia, para que no se derritiera, y se vendía en puestos en Trapería y Platería", explica en la tesis.

"He llegado ha encontrar un documento en el que se valoraba la posibilidad de hacer un pozo de nieve en la Sierra de Carrascoy, lo que prueba que en esta zona eran frecuentes las nevadas, cosa que difiere de lo que ocurre en la actualidad", cuenta el investigador.

El trabajo de investigación propone un modelo para medir la vulnerabilidad y el contexto social de las sequías e inundaciones en distintos espacios y épocas, que podrá aplicarse en cualquier parte del mundo y en cualquier periodo y del que Salvador Gil ha extraído diversas conclusiones.

Nuevos espacios de riesgo. - "En el caso de las inundaciones, el conocimiento de los recurrentes errores históricos es el primer paso para solucionarlos, puesto que actualmente la protección frente al peligro siempre viene después de que se haya producido alguna inundación", afirma Gil, que añade que el problema se agrava después, cuando vuelven a crearse nuevas áreas pobladas como son en Murcia las zonas de Espinardo, Juan Carlos I o Churra, que se configuran como nuevos espacios en riesgo.

Vulnearibilidad política de las sequías. - La gestión reciente de las sequías evidencia una mayor vulnerabilidad política en Murcia. En el caso murciano, aunque se han logrado avances y existe seguridad en el abastecimiento de agua incluso para el riego, las sequías son usadas como arma política, es decir, "el debate en torno al agua se ha politizado y esto lleva aparejado que se generen conflictos sociales innecesarios entre regiones, como los ocurridos entre Albacete y Murcia, cuando el objetivo debería ser encontrar una solución definitiva a los problemas de agua", defiende.

"A todo esto se añade que en Murcia dependemos de caudales de agua cuya regulación no depende de los murcianos, como ocurre con el Trasvase del Tajo. En la sequía de 2004-2007, los problemas más graves vinieron por la intensa sequía sufrida en la cabecera del Tajo, y a pesar de que en la Cuenca del Segura no hubo un descenso excesivamente intenso de las precipitaciones, se heredó la sequía de otro espacio".

"Dependemos, por lo tanto, de la situación climática y política de otro lugar, y si por algún motivo decidieran cortar el flujo de agua, en Murcia tendríamos serios problemas", asegura Gil, que por otra parte afirma que, en este sentido también se han hecho avances.

"Anteriormente a 2004, en torno al 40 % de los recursos disponibles de agua en Murcia venían del Trasvase del Tajo, pero ahora se ha reducido la dependencia de estos caudales y sólo en torno al 15-18% de los recursos disponibles proviene del Tajo", añade.

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