Intentan salvar el delta del Ebro con un sistema de diques para frenar la entrada del agua del mar

TORTOSA, Tarragona (16 feb. 2010). - Con la reducción paulatina del caudal del Ebro, la lengua de agua salina del mar que sube por el delta de este río (en la foto) avanza lenta pero imparable y amenaza el ecosistema. Esta situación ha llevado a la Confederación Hidrográfica del Ebro del Ministerio de Medio Ambiente a plantearse un sistema de diques subacuáticos que frenen la entrada de agua salada. "Esas barreras podrían ser una buena solución contra la cuña salina. Lo estamos estudiando", afirma el secretario de Estado de Agua, Josep Puxeu, que el viernes visitó el delta y conoció de primera mano el problema que vive el humedal. En Italia hay dos barreras en el Po (colocadas en 1987 y 1990) y una en el río Adige (en 1990).

"A veces el río en Amposta [a más de 20 kilómetros de la desembocadura] parece que lleva mucha agua. Pero sólo es dulce la que hay arriba. A muy poca altura ya entra agua salada", señalan los técnicos. Por su parte, la comunidad de regantes de la margen derecha del río, que agrupa a unos 5.000 dueños de 15.000 hectáreas de arrozales que se riegan con el agua del Ebro señala que "en el río, muy cerca de Amposta, se pueden pescar un lenguado. ¿Usted cree que es normal que en vez de una carpa aparezca un pez de agua salada?".

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Eso es sal que se mete por el delta

"La gente viene aquí de visita y dice: 'Cuánta agua lleva el Ebro. ¿Por qué no quieren un trasvase? ¿Qué más les da?". Y No saben que muchas veces es agua salada en su mayoría". El acequiero señala el color del río, ya muy cerca del mar. Es de un azul indistinguible del mar y apunta a unos restos blancos por el suelo: "Eso es sal que se mete por el delta".

La entrada de sal es una consecuencia de la reducción de caudales. Cuando el río lleva más de 300 metros cúbicos por segundo de caudal en la desembocadura, el mar no entra. "Pero no hay agua para mantener ese caudal. Por eso necesitaríamos las barreras para defendernos un poco de la marea. Con la sal muere todo, el arroz y las plantas", explica el presidente de los regantes de la margen derecha, Manuel Masiá.

Caudal ecológico para la supervivencia del delta

La Plataforma en Defensa del Ebro, un influyente grupo ecologista, insiste en que es necesario que el plan de la cuenca del Ebro en elaboración fije un caudal ecológico suficiente para garantizar la supervivencia del delta.

Con las llamadas barreras antisal, el ministerio pretende combatir una regresión que parece imparable. El delta creció a partir del siglo XV con la deforestación aguas arriba. El Ebro comenzó a transportar una gran cantidad de sedimentos que se quedaban en la desembocadura.

En el siglo XX, con la construcción río arriba de los enormes embalses de Mequinenza, Flix y Ribarroja, la llegada de sedimentos se redujo drásticamente. Y el delta no ha hecho más que menguar y moverse. Costas ya ha diseñado un muro de dos metros de alto y 16 kilómetros para salvar el delta de la subida del nivel del mar. Las barreras antisal completarían, bajo el mismo río, ese sistema.

Subida del mar por el cambio climático

El Plan Integral de Protección del Delta del Ebro, de 2006, calcula que el delta se hunde unos tres milímetros al año. Eso, unido a la subida prevista del nivel del mar por el cambio climático, hace prever que el aumento relativo del nivel del mar en el delta del Ebro sea de 57 centímetros a final de este siglo.

El ministerio y los técnicos buscan todo tipo de soluciones. Primero analizaron si se podía remover el fondo de los embalses para que los limos llegasen al delta. Pero el embalse de Flix acumula en su lecho 700.000 toneladas de residuos tóxicos y no se debe remover.

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