La Raya no existe para las actividades programadas por el Ayuntamiento del PP / por al-Fūrs

UNA VEZ MÁS la pedanía murciana de La Raya queda al margen de cuantas actividades organiza el Ayuntamiento de Murcia gobernado por el secretario general del Partido Popular en la región de Murcia, el oriolano Miguel Ángel Cámara, y en este pueblo por el presidente de su Junta de Vecinos y alcalde-pedáneo del mismo partido. De las treinta actividades organizadas por la concejala de Cultura para celebrar el Día Internacional del Libro, desde el 20 a l 25 de abril, en la mayoría de las pedanías y diferentes barrios de la capital murciana, La Raya sigue olvidada, como si no existiera para los mandamases del partido gobernante de la derecha murciana.

Con motivo del Día Internacional del Libro, que se celebra anualmente el 23 de abril, fecha del óbito de Miguel de Cervantes y William Shakespeare, se celebran actos en todo el mundo y, en el caso del municipio de Murcia, en las distintas bibliotecas que existen en pedanías y barrios de la capital, en donde se llegan a regalar libros o macetas a los usuarios del servicio de préstamo, como en La Ñora, Guadalupe, Javalí Nuevo o El Puntal, pero en La Raya no existe ni este servicio municipal, a pesar de que, a lo largo de estos últimos treinta años de ayuntamientos democráticos españoles, ha habdio iniciativas para dotar a este pueblo de una biblioteca o agencia de lectura, pero que fueron malogradas, como se suele decir, por el perro del hortelano de turno, el que no come ni deja comer.

Incluso hubo quien denunció en su día que alguien se llevó a su casa un lote de decenas de libros que el Ayuntamiento de la época envió a La Raya en la década de los ochenta del pasado siglo, cuya colección debe seguir en casa privada desde entonces. Como la acuarela sobre La Raya, obra del pintor murciano Fulgencio Saura Mira, que se encontraba en las dependencias de la Junta Vecinal de este pueblo y cuya desaparición ha sido denunciada recientemente.

Mientras que pueblos y barrios murcianos tendrán también teatro infantil, exposiciones, club de lectura, presentaciones de libros, cursos o charlas en estos días, los mandamases de La Raya deben estar ocupados o preocupados por cuantificar el aumento del valor catastral de las fincas que hasta ahora lindaban con la acequia Puxmarin que, tras su entumabimiento y desaparición, se habrán revalorizado para la especulación inmobiliaria o el enriquecimiento de una minoría.